Ariadna Montiel es uno de los personajes que mejor pueden ejemplificar el analfabetismo político y del daño que éste puede causar a la democracia y a nuestro país. Una mujer formada por René Bejarano dentro de la más típica de las costumbres de ese personaje, quien la nombró Secretaria de Jóvenes en el PRD de la Ciudad de México, para después utilizarla como testaferro en la Secretaría de Finanzas, justamente cuándo el señor de las ligas fue grabado en el videoescándalo más visto y recordado en la historia de la política mexicana.
En ese entonces era una “joven” muy diferente a la que es el día de hoy, en aquellos tiempos su extracción sencilla era considerada por algunos como una mujer luchona, guerrera, disciplinada y cumplidora, muy fiel al reflejo del PRD de aquellas épocas.
Ariadna es una mujer ignorada y poco tomada en cuenta por otros debido a su falta de dicción, a su condición humilde, a su imagen personal y hasta discriminada por su aspecto físico. La revolución le hizo justicia hasta el 2012 con una diputación local por Iztapalapa, después de muchos años de esfuerzo y sometimiento. Posteriormente, diputada federal, también por Iztapalapa. Sin embargo y pese a sus esfuerzos en ninguna de sus anécdotas se puede recordar alguna en materia de representación popular o desempeño legislativo. Más bien su trayectoria se ha destacado por su ambicioso interés por los recursos económicos y el poder político, su desempeño legislativo sobresale por el trato ofensivo, osco y con matices discriminatorios hacia sus “pares”, en una especie de resentimiento vengativo.
Hoy, como Secretaria de Bienestar, en su actuar refleja fielmente el estatus que vive y padece la 4T: nula estrategia, peor táctica, desesperada ante la falta de conocimiento, con decisiones arrebatadas gracias a la incompetencia, y muy, pero muy, dañina.
Para aspirar a la jefatura de gobierno Ariadna Montiel arranco tarde su campaña de posicionamiento en la Ciudad de México (Omar García Harfush con la mayor percepción positiva según las casas encuestadoras, Karla Brugada y Rosa Isela Rodríguez con los amarres políticos territoriales necesarios, y la bendición del único que decide), además de errática, hasta el punto de poner en riesgo la estrategia de Morena en la capital del país gracias a su finísimo tacto de elefante.
Ahora, sin haber construido una estructura territorial a pesar de haber contado con recursos prácticamente ilimitados y el apoyo del Presidente de la República, asume haber aprendido del pasado e intenta “operar” en la Alcaldía Álvaro Obregón con una ex diputada local despedida del eje de la operación y participación ciudadana por la Jefa de Gobierno, decidió quedar bien y obtener algún reconocimiento o medalla al mérito comprando descaradamente al operador electoral de Lía Limón, Juan Carlos Rocha pupilo del extinto Leonel Luna e hijo de una lideresa social que ha obtenido importantes sumas de dinero con la venta de proyectos de vivienda, con el cobijo de otro personaje impresentable como Víctor Hugo Romo, quién en el pasado ha sido videograbado ofendiendo, amenazando, discriminando y recolectando recursos económicos de condóminos en unidades habitacionales que regentean en la alcaldía Álvaro Obregón.
En resumen, es la misma antigua lógica con la que operaban Leonel Luna, Víctor Hugo Lobo, Mauricio Toledo, Dione Anguiano, coordinada por el memorable Héctor Serrano, y con todo esto López Obrador afirma todos los días en su mañanera que no son iguales, pretendiendo con sus dichos ocultar la verdadera naturaleza de sus huestes ahora morenistas.
El peligro del descarrilamiento de Morena en la CDMX está por todas partes, porque sin duda el dinero logra mucho, sobre todo, despierta ambición y en la señora Ariadna Montiel al parecer se ha detonado una desmedida ambición económica que puede costarle mucho más de lo que se imagina a su propio movimiento.
Se avecina un caos al interior de Morena en la Ciudad de México, y retiemblan tambores de guerra, ya que estas fibras tocan las alcaldías de Tlalpan, Miguel Hidalgo, Iztapalapa y Gustavo A. Madero, donde por cierto en un evento de Bienestar cuando se confundieron y echaron porras a otro candidato Ariadna Montiel enfurecida reclamaba a todo aquel que se le puso enfrente. Caos en la CDMX por los berrinches de una funcionaria que no entiende que no entiende.
Lo que bien se aprende nunca se olvida dice el refrán, por ello Bejarano nunca saldrá de Ariadna Montiel, y ella en mente, prácticas y acción nunca saldrá de Bejarano. Podrá cambiarse de ropa, utilizar calzado fino, pero nunca cambiará su naturaleza y mentalidad bejaranista, y ese, es el costo más alto que pagará la 4T.
Y no es pregunta.
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