
UN ASESINATO ANUNCIADO
El atentado fatal contra el candidato presidencial de Ecuador, Fernando Villavicencio Valencia, aparte de que es reprobable -como el de todo ser humano de buen vivir- tiene varias implicaciones agravantes: no solo era un militante político, sino que era un periodista anticorrupción. Queda exhibida una vez más -por si faltara-, la vulnerabilidad de los críticos

 
								 
				 
								







