CIUDAD DE MÉXICO.- En una emotiva conversación promovida por el movimiento Derecho a Morir con Dignidad (DMD) que preside Amparo Espinosa Rugarcía, y quien hizo énfasis, que en las dos encuestas que ha realizado DMD, el 70% de la población está a favor de la muerte médicamente asistida.
En el conversatorio Samara compartió su diagnóstico, lupus eritematoso sistémico e insuficiencia renal crónica, relató haber pasado por dos trasplantes de riñón fallidos y estar actualmente conectada a una máquina de diálisis peritoneal 10 horas al día. El dolor de su proceso médico y las motivaciones que la llevan a abanderar su derecho por una muerte digna.
Su lucha, sin embargo, no es contra la muerte, sino contra el sufrimiento que la precede.
“No quiero llegar a esa etapa en donde no pueda levantarme de la cama y haya perdido mi autonomía total”, señaló.
Durante el conversatorio Samara Martínez estuvo acompañada por Asunción Álvarez del Río, Héctor Nebot García, Jesús Iván Lara Prado y Columba Suinaga, coordinadora de DMD.
En DMD se considera que además de despenalizar la muerte medicamente asistida es indispensable crear un marco jurídico especifico que otorgue seguridad a pacientes y a profesionales de la salud, incluyendo el derecho a la objeción de conciencia. Para ello, es importante escuchar la voz de los pacientes con enfermedades terminales y limitantes para la vida, así como la de los expertos en bioética para que su conocimiento fortalezca las decisiones legislativas.
Se comentó que no se debe ignorar que la falta de regulación obliga a muchas personas a vivir con sufrimiento extremo, y a otras a buscar alternativas por su cuenta, muchas veces peligrosas, violentas o que ponen en riesgo a quienes desean ayudar. Una buena regulación puede evitar estos escenarios.




