Con respecto al tema del Sistema de Transporte Colectivo Metro, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina, ha recurrido en las última semanas a algo que podríamos llamar como “la doctrina Chimoltrufia”, pues así como dice una cosa, dice otra., pues hace mes y medio aproximadamente aseguró que para el mes de marzo, que termina este lunes, se reabrirían las estaciones Cuauhtémoc, Insurgentes y Chapultepec de la Línea 1… pero ahora resulta que se reabrirán para antes de que concluya abril. También adelantó que Adrián Rubalcava asumiría “muy pronto” la dirección general del Metro, pero el viernes pasado declaró que Guillermo Calderón seguirá en ese puesto.
¿Lo ven? Así como dice una cosa, dice otra.
Yo personalmente el martes pasado de manera muy concreta le pregunté a Brugada Molina “¿Nos puede confirmar que el 1° de abril asumirá Adrián Rubalcava como director general del Metro?
Esto fue lo que me respondió:
“Hoy hay una reunión con el director general del Metro de cuándo va a ser la inauguración de la fase comprometida hasta Chapultepec de la Línea 1 y haremos la definición de esa fecha. Esperemos sea lo más pronto posible”.
Y el viernes pasado la volvieron a cuestionar sobre la llegada de Rubalcava y contestó: “Le he pedido aquí al ingeniero Calderón, desde que entré al Gobierno de la Ciudad, que nos siga ayudando en el Metro porque él conoce, sobre todo la Línea 1, que ha sido un proceso complejo, lo tiene muy, muy, claro; y con mucho rigor se ha estado avanzando”.
De nuevo: Como dice una cosa, dice otra.
El caso de la “nueva” Línea 1 del Metro es un verdadero desastre. Debieron haber entregado la remodelación completa, de Pantitlán a Observatorio, en agosto de 2023. Hoy todo apunta a que no quedará concluida ni siquiera en este 2025. El retraso lleva 20 meses… más lo que se acumule.
Calderón está como en la fábula de Penélope: Nunca quiere terminar de tejer para no dejar la Dirección General del Metro, porque sabe que cuando acabe la obra será removido del cargo y hay temas de corrupción que lo podrían perseguir, como el de los mil 800 millones de pesos denunciado ante el Senado.
Por su parte, la presidenta del Partido Acción Nacional (PAN) en la Ciudad de México, Luisa Gutiérrez afirmó que hay corrupción y por eso no terminan la remodelación, a cargo una empresa china que se la ha pasado eludiendo su responsabilidad, pues pone de pretexto que no ha cumplido porque según corporaciones mexicanas no le entregan los insumos. Calderón no se atreve a multar a la empresa, lo que no suena lógico, y por lo tanto suena metálico, como suele decir el presidente emérito.
El viernes Brugada y Calderón enseñaron el cascarón de la Línea 1, que en realidad se ve muy bonito, pero no nos demostraron lo fundamental: Su funcionamiento. Fue un montaje, de esos que tanto le gustan a la 4T: Se subieron a un vagón para tomarse fotos en la estación Insurgentes. La causa del retraso –me dicen trabajadores del Metro– es que las piezas originales son de manufactura francesa y los chinos han tenido que adaptar las suyas para la “renovación”. Son “hechizas”, pues. Por eso ahora para la Línea 3 del Metro está en proceso un contrato por 20 años, que incluye remodelación y mantenimiento con la empresa francesa Alstom.
Pareciera que en el Metro ocurre más o menos lo mismo que en el Congreso federal: La presidenta Claudia Sheinbaum da una indicación, en este caso designar a Rubalcava, pero desde Palenque dictan otra. No hay que olvidar que Guillermo Calderón está en el cargo por ya saben quién (y por su hijo “Andy”). Lo cierto es que no hay fecha que no llegue, ni plazo que no se cumpla.
Lo veremos.
