* La ejecución contra el delegado de la FGR en Tamaulipas deja al descubierto muchas omisiones
* Es imperdonable que un funcionario de esa jerarquía no contara con mayor protección
* En Veracruz Rocío Nahle se hace como el tío Lolo con respecto al tema del huachicol
POR YAZMÍN ALESSANDRINI
EL HORNO NO ESTÁ PARA BOLLOS.- Justo cuando la relación bilateral México-Estados Unidos pasa por su momento más tirante debido al tema de la seguridad y a unos días de que el presidente estadounidense, el republicano Donald Trump, acusó que los cárteles mexicanos mantienen un tremendo control en nuestro país y que nuestras autoridades se encuentran verdaderamente aterrorizadas de ponerse a trabajar, el estado de Tamaulipas da la nota con la ejecución del delegado de la Fiscalía General de la República (FGR) en el municipio de Reynosa, Ernesto Cuitláhuac Vázquez Reyna. Fue un crimen atroz y sanguinario por parte de los maleantes que lo perpetraron, pues primero lanzaron una granada contra la camioneta donde viajaban el funcionario federal y su chofer-escolta y, después, cuando Vázquez Reyna logró bajar del vehículo, arribó una camioneta de color blanco desde la cual le dispararon en repetidas ocasiones para privarlo de la vida. Todo a plena luz del día y sin que ninguna corporación policiaca (federal, estatal o municipal) se apersonara al lugar de los hechos, lo cual es inconcebible e imperdonable dada la jerarquía del funcionario ejecutado, ya que por la sensibilidad de su trabajo (recién le asestó un duro golpe a los huachicoleros al lograr el aseguramiento de 1.8 millones de litros de combustible robado) requería de mayor protección y vigilancia. Ahora, tras este terrible deceso, es imperativo que desde las secretarías de Gobernación (SEGOB) y Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), que son las dos dependencias que encabezan el gabinete de seguridad, tanto Rosa Icela Rodríguez Velázquez como Omar Hamid García Harfuch, ofrezcan una explicación sobre los motivos de tener bajo una vigilancia tan laxa y endeble a Vázquez Reyna. Igualmente a quien habrá que rendirle cuentas sobre este lamentable deceso es al gobernador tamaulipeco Américo Villarreal Anaya, a quien los distintos grupos delincuenciales que tienen asolado a Tamaulias se le han trepado a las barbas.
CEVICHE DE CORRUPCIÓN.- Y ya que estamos hablando de huachicol, habrá que tomar muy en cuenta las más recientes declaraciones del general brigadier en retiro Eduardo León Trauwitz, exsubdirector de Salvaguardia Estratégica de Petróleos Mexicanos (PEMEX) y que actualmente se encuentra en Canadá, donde enfrenta un proceso judicial, pues dio a conocer que en 2018 entregó a la actual gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle García, cuando fungía como titular de la Secretaría de Energía (durante el sexenio de López Obrador), una carpeta con más de 300 hojas, gráficas, ubicaciones y nombres sobre el robo de hidrocarburo y que ésta calificó como irrelevante la información que se le proporcionó. Toda esta información, explicó el general brigadier, provenía de sistemas de monitoreo operados por el Ejército y la Fuerza Aérea en los que se evidenciaban la infiltración del crimen organizado en diversas instalaciones cuyo objetivo era crear una estructura de seguridad integral. Sin embargo, Nahle García la rechazó bajo el argumento (que suena más a maroma) de que la reforma energética se Enrique Peña Nieto fue la responsable del huachicol pues generó un mercado descontrolado. Como siempre, la guerra de los otros datos y del yo no fui, fue Teté.
SUSHI DE PEJELAGARTO.- Las vacaciones de “Andy” a Japón siguen generando polémica. Ahora el todavía presidente de la mesa directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña, habló sobre la carta publicada y compartida en redes sociales por el hijo del expresidente López Obrador: “Francamente no le veo que sea su estilo. Vamos a esperar a que él diga si esa carta la hizo o no, y ya si él dice que la hizo, entonces opino. De cualquier manera, sea quien sea que la haya hecho, es malísima”. ¡Ups!
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