* Las palabras del veterano político sugieren la existencia de un narco Estado
* Reapareció el gris Francisco Labastida Ochoa… ¿Para qué?
* Ricardo Sheffield es un clarísimo ejemplo de lo que debe ser la austeridad republicana
CONSOMÉ DE REALIDAD.- Lo que dijo ayer jueves Porfirio Muñoz Ledo durante su intervención en la sesión, aquí en México, de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Copppal), no solamente vale le pena que se retome para ser tema de conversación. Se trata de palabras muy serias, cuyo trasfondo está empapado de una gravedad sumamente preocupante: “(El Presidente Andrés López Obrador) piensa que puede heredar al siguiente gobierno su asociación con los delincuentes y que eso le otorga mayor poder, porque además de tener la autoridad y los recursos del Gobierno federal, estos se suman a los del narcotráfico y así no hay nada que se le pueda oponer. A esto le llamamos en México el maximato. Pero este contubernio con el narco no es heredable, pues este tipo de organizaciones se ‘entiende’ con el que llega”. No se trata de una suposición, mucho menos de una especulación. Lo dicho por el decano de los políticos mexicanos va justo y directo al corazón de una situación que para el 2024 puede detonar un enfrentamiento muy serio en el país porque el crimen organizado está interviniendo descaradamente en las elecciones que se realizan aquí. Y si bien es cierto que recientemente se ha legislado para reducir los dineros privados en las campañas electorales, esto con el fin de que exista mayor equidad y transparencia, la verdad es que por todos lados está entrando financiamiento ilegal a los candidatos y a los partidos políticos y éste proviene del nuevo “rey de la selva” (así lo nombró el mismo Muñoz Ledo”): El narco. Y estas palabras toman un mayor peso específico si se contextualizan con lo que dijo en días recientes el presidente de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) de la Cámara Alta, el senador zacatecano Ricardo Monreal Ávila, quien aseguró que en varios puntos del país ya se han encendido focos rojos por la intervención y participación de grupos criminales que están poniendo en riesgo la democracia, lo que definitivamente puede acarrear consecuencias que todos vamos a lamentar. Definitivamente esto es cosa seria y en Palacio Nacional no pueden hacer oídos sordos a lo dicho por don Porfirio y mucho menos se puede desdeñar o desestimar con el argumento de “ah… pues yo tengo otros datos”.
AGUACHILE TIBIO.- Por enésima ocasión, Francisco Labastida Ochoa volvió a pintarse de cuerpo entero. El ex candidato priista a la Presidencia de la República en el 2000, acostumbrado a presentar argumentos a destiempo y a actuar con total tibieza, en esta ocasión aprovechó una entrevista que le realizó la periodista Carmen Aristegui para asegurar que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ayudó para que Andrés López Obrador ganara en la elección presidencial del 2018 y así fue como se concretó el pacto de impunidad del que actualmente goza el ex presidente Enrique Peña Nieto, dando entender que ésta es la razón por la cual el gobierno de la llamada 4ª Transformación no ha tocado al mexiquense con una sola investigación. ¿De qué manera ayudó el PRI a López Obrador para que éste llegara a la Presidencia?, se le cuestionó al sinaloense y éste respondió que el tricolor se encargó de atacar a panista Ricardo Anaya, quien en ese entonces se encontraba en el segundo lugar de las preferencias electorales. ¿Por qué el candidato del PRI (José Antonio Meade) en lugar de atacar al primer lugar se ocupó en debilitar al aspirante del PAN? Y con el argumento de “no cometer el crimen del silencio”, Labastida Ochoa acusó a Peña Nieto de ser el peor Presidente que ha tenido México en toda su historia, porque se enriqueció inmensamente al amparo de la corrupción. Qué bonita costumbre esa que tienen muchos de nuestros políticos de decir las cosas a destiempo, ¿verdad?
TAMALITOS DE CAVIAR.– El jura y perjura que desde los siete años se incorporó al mercado laboral y que desde los 11 le rinde cuentas al Sistema de Administración Tributaria (SAT). También asegura pertenecer a una familia de una importante tradición empresarial. Sin embargo, resulta sumamente sospechoso que el patrimonio del titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), el guanajuatense Francisco Ricardo Sheffield Padilla, haya crecido de forma tan espectacular. Yo creo que cualquier mexicano con verdaderas ganas de chambear puede acrecentar su patrimonio de la noche a la mañana. ¿Apoco no? En poco más de un año, con la ayuda de sus grandes cuates Bruno Fajardo y Armando García, coincidentemente directores de PROFECO en Guanajuato y Veracruz, creó una empresa constructora, una operadora turística y transformó su despacho jurídico en una boyante inmobiliaria. Usted sígale don Ricardo, no deje que nadie le obstaculice sus enormes deseos de superación, ni siquiera los de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI). ¡Faltaba menos!
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