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La convivencia entre los seres humanos es sumamente compleja. Las dinámicas diarias que se generan entre las personas siempre vienen aparejadas de circunstancias positivas y negativas. Con respecto a las segundas, considero que una de las más tóxicas y perjudiciales es cuando alguien decide ignorar a un individuo en específico… se le conoce como la ley del hielo

Ignorar a alguien perjudica tremendamente a quien es víctima de esta conducta. Incluso la ciencia ha documentado, a través de estudios, que aquellos que reciben este tratamiento llegan a experimentar dolores físicos y un tremendo malestar emocional, por lo que antes de ejercer la ley del hielo sobre alguien tenemos que reflexionar el daño que podemos causarle.

  En una primera instancia, esta dinámica está enfocada en anular e invalidar las emociones de quien esta siendo víctima de este comportamiento tóxico, porque se le niega la oportunidad de expresarse y de emitir sus opiniones sobre un conflicto en específico. En contraparte, quien la ejerce es una persona que se considera afectada o agraviada y que este malestar debe tener una especie de “compensación”, por lo que decide aplicar una represalia contra quien supuestamente le hizo daño. Así que decide tratarle “con el látigo de su desprecio” primero dejándole de hablar y, posteriormente, desplegando una especie de barrera emocional en el que todo tipo de comunicación queda cancelada.

Sin embargo, esta desconexión forzada intencional habla más de las inseguridades y complejos de quien la ejerce que de quien la recibe, porque este patrón de autosaboteo pone en relieve que se está conviviendo con una persona manipuladora, controladora y narcisista incapaz de establecer patronees de comunicación atingente y asertivos que le permitan resolver desavenencias a través de mecánicas sociales solventes y empáticas.

Cerrarle los conductos de comunicación a las personas con las que convivimos deja sobre la mesa que aquellos que suelen ejercer la ley del hielo son individuos que no saben lidiar con el estrés y que de forma permanente viven con sentimientos de culpa generados por su propia incapacidad por poder relacionarse con sus semejantes. La verdad es que es un básico estira y afloja con el que alguien pretende demostrar cierto dominio, pero la realidad es que lo único que queda al descubierto es su vulnerabilidad.

Por lo tanto, tenemos que ser sumamente cuidadosos a la hora de ignorar a alguien, porque podríamos estarle generando un daño emocional muy profundo. Incluso los terapeutas recomiendan que no hay motivo para manifestar nuestro malestar con nuestra pareja, nuestros hijos, nuestros compañeros de trabajo o nuestros amigos aplicándoles la ley del hielo. Lo recomendable es siempre dejar abiertos los canales de comunicación para poder expresar nuestro malestar, porque sin darnos cuenta estaríamos incurriendo en un gravísimo maltrato psicológico que puede llevar a una profunda depresión a quien se le está infligiendo.

Y sí, lo que sentimos es muy importante, pero también es sumamente importante lo que sienten los demás. Así que cuando alguien haga o diga algo que te incomode o te agravie procura no apartarlo de ti con tu desdén o silencio. Mejor abre tu actitud y comunícate con él/ella, porque al final del día no todos poseemos las mismas herramientas emocionales para solucionar los conflictos derivados de la convivencia humana diaria.

No castigues… dialoga.

Contacto.- E-mail: alessandriniyazmin@yahoo.com.mx

Twitter: @yalessandrini1

Website: www.lapoliticamedarisa.mx

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