Vaya ejemplo que nos dieron el “Tata” Martino, Yon de Luisa y Mikel Arriola. Mejor imposible. Sobre todo a partir de lo que ocurre en un deporte trasladado a algo un poco más relevante como la política. La Selección Nacional logró lo que tanto se veía venir, que la eliminaran en la primera ronda del Mundial de Qatar 2022 y que todas las críticas se desbordaran por la pésima administración de estos personajes.
Evidentemente la crítica tiene sentido y razón porque simple y sencillamente no sólo es un rotundo fracaso, por donde se vea, es un doble fracaso porque está debacle estaba cantada con años de anticipación. Nadie en un juicio sano le apostaba al milagro, mucho menos a un desempeño competitivo sin embargo aun así los dueños del balón necearon -porque no se le puede llamar de otra forma- en conservar a estos pésimos gerentes.
Especialmente Emilio Azcárraga, Ricardo Salinas Pliego, y los norteños de CEMEX y FEMSA, a quienes alguien -ya se sabe quién- les recomendó a estos personajes para que les ayudaran a hacer grandes negocios.
Porque para eso están los gerentes: Para hacer buenos negocios, controlar el COVID, la inseguridad en estadios, generar la posibilidad que sus jugadores sean vendidos en cifras estratosféricas a equipos europeos, que se vendan más entradas a los estadios, y sobre todo para que tengan prestigio suficiente para vender más producto en estadios y propaganda.
¿Que sucedió? Que nada de eso lograron, en cambio hicieron el ridículo. ¿Por qué? No solo porque no conocen el mercado, ni los pilares del negocio, sino porque tampoco conocen los miedos, anhelos y bases del deporte; mucho menos tienen conocimiento del país.
Pero resulta inmejorable el ejemplo porque justamente estos mismos personajes son los que inciden y pretenden influir en política, y vean quienes son sus funcionarios: En FEMSA se encuentra como vicepresidenta María del Carmen Alanís y en Coca-Cola Patricio Caso, cuota y socio de Mikel Arriola; a la LigaMx enviaron al propio Mikel Arriola, un político perdedor por la candidatura a la Jefatura de Gobierno por crear una nube de humo sin saber siquiera quién lo cargó en con la estructura territorial; y, además, a Yon de Luisa, gerente de Televisa.
En política, en la CDMX están haciendo exactamente lo mismo con personajes que replican la misma estrategia corregida y aumentada de Mikel Arriola, dirigida por Jesús Zambrano en el PRD, Alejandro Moreno en el PRI, con todos los defectos y yerros que a diario publica la kamikaze de Andrés Manuel López Obrador Layda Sansores, quien parece no tener límite en el termómetro de la estupidez, amenazando a diario con el petate del muerto a cuanto adversario le ordenan, y por último con Marko Cortés quien simplemente es impresentable.
Claro, en el fútbol se van no sólo por ser insostenibles, porque se perdieron miles de millones de dólares por la ausencia de reventa de sus productos, la devaluación de los jugadores y su pérdida de competitividad, ya que no habrá equipos serios que los vayan a comprar, sino porque además en realidad se vendrán años muy complejos para lograr recomponer su credibilidad ya de por sí mermada, incluso en competencia con la entrada del futbol norteamericano y deberán esperar cuatro años más para intentar compensar con el Mundial en casa.
Pero en política ¿Sucederá la misma historia que en el fútbol insistiendo en conservar a los mismos dirigentes y neceando con los mismos candidatos esperando a que llegue la debacle total en el 2024? ¿O aprenderán la lección de lo vivido con la Selección Mexicana en el Mundial de Qatar?
Es pregunta.
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