Siempre estuve convencida de que todos los que poco a poco han ido abandonando al PRI (con sus excepciones, como en todo), eran profesionales de la política. Sin embargo con sus argumentos nos demostraron que en realidad solamente resultaron profesionales de sus propios intereses. Este debe ser un virus que tiene contagiada a la clase política mexicana, ya que todos se envuelven en la bandera de la representación de la sociedad (el pueblo soy yo) y resultan un completo fraude para los ciudadanos.
Porque sin duda de haber sido profesionales de la política abrían entendido que el mayor activo político de México a pesar de todo sigue siendo el PRI. Único partido nacional estructurado.
A pesar de los personajes que lo han conducido en los últimos años. Ya que este partido es el único que tiene presencia nacional, liderazgos y estructuras en todo el país, porque su fundación responde a una raíz histórica, que a diferencia de la mayoría de los demás partidos políticos (excepto el PAN), no es resultado de caprichos, complejos, ocurrencias, o de negocios y la búsqueda de jugosos rendimientos económicos que representa para ellos una franquicia cuya principal fuente de ingreso proviene de las prerrogativas con que cuentan los institutos políticos, otorgadas por la Constitución. Ya que Morena y su 4T en realidad son un espejismo, porque su existencia en todo el país se debe a los subsidios de los programas sociales, a los servidores de la nación que dependen directamente del Presidente de las República (no de Mario Delgado), y a la compra del voto.
Después de un periodo de levantamientos militares y diferencias entre los distintos lideres que prosiguieron a la Revolución mexicana que inició el 20 de noviembre de 1910 y que culminaron con el asesinato del presidente Álvaro Obregón el 17 de julio de 1928, Plutarco Elías Calles en su último informe de gobierno creó la llamada “etapa de las instituciones”.
Así el 4 de marzo de 1929, Calles, varios militares y caudillos de la Revolución Mexicana fundaron el Partido Nacional Revolucionario (PNR), que nació como una Federación de partidos políticos regionales, grupos políticos diversos, generales y caudillos sobrevivientes del conflicto armado. Para transitar de un gobierno de caudillos a un régimen de instituciones, transformándose en una organización que además tomo en cuenta a todos con la creación de las confederaciones y otras organizaciones.
Gracias a ello, cuando Andrés Manuel López Obrador llegó a la Presidencia de la República en 2018, 108 años después de iniciada la guerra revolucionaria se encontró con un país de instituciones creadas por el PRI. Imagínense si en lugar de Plutarco Elías Calles quien convocó y articuló a todos los grupos que se habían enfrentado en la guerra revolucionaria, en 1927 López Obrador con su particular y retrogrado pensamiento hubiese sido el Presidente de México. Seguramente él hubiera provocado un holocausto, propiciando que la división, la confrontación y el desastre lejos de resolverse se profundizaran.
Si el PRI entiende realmente su valor histórico y se logra refundar, será el partido del siglo XXI.
Me explico:
Después del período violento de la revolución, los liderazgos pensaron en la institucionalización como vía para conseguir la pacificación del país y que los ideales del movimiento revolucionario se transformaran en desarrollo y resultados. Unos años más tarde el General Lázaro Cárdenas convocó a la siguiente fase para aglutinarse en una organización política nacional con sus sectores. Con Miguel Alemán Valdés el primer presidente civil, se pasó a la etapa de la civilidad. A lo largo de su historia el PRI fue un partido que tuvo la capacidad de incorporar a todos. Eso explica porque en las décadas de los 60’s y 70’s mientras los países de América Latina se llenaba de regímenes militares, el PRI siguió transitando. En esos años, México era el referente de estabilidad en la región.
El quiebre se dió mas tarde, en el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León, quien curiosamente siendo egresado del Instituto Politécnico Nacional entregó a el ITAM el control económico del país, además de incorporarlos a los demás sectores. De esta manera puso la economía en manos de los itamitas, que prolongaron su permanencia durante los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña con su personaje más emblemático. Luis Videgaray, cuyo poder llego a tal grado que al no tener la posibilidad ser él candidato a la sucesión, impuso el suyo.
Por supuesto que el PRI ha venido pagando muy caro las consecuencias del error por ceder el poder a los tecnócratas, sin previamente haberlos formado en la política y en los ideales que el Revolucionario Institucional desde su origen y fundación representaba.
Pero ¿Por que habría de refundarse el PRI?
Porque en la crisis del sistema partidista es evidente que los partidos políticos ya no representan nada, y tampoco representan a nadie. Únicamente representan los intereses de sus dueños y los de las gerencias de sus grupos de interés en el mas alto nivel como Andrés Manuel López Obrador Morena , Jorge Emilio González PVEM, Dante Delgado MC, Alberto Anaya PT, Marko Cortes que pertenece a un grupo del PAN que tomo el control a partir de Ricardo Anaya, y en el caso del PRI al grupo que rodea a “Alito” Moreno, que en realidad es el grupo de José Murat. Pero de la misma manera que todo en esta vida tiene consecuencias, también tiene fecha de caducidad.
Porque pese a todo el único partido que tiene una base tatuada real, es el PRI, aunque muchos hoy se encuentren replegados o no sean tomados en cuenta. Porque digan lo que digan, en el PRI los corruptos de ninguna manera son sus militantes. Quienes en realidad se han equivocado son muchos de sus dirigentes que durante 30 años se desviaron de la base de valores, de principios, de ética y de proyecto de nación a través de los cuales todos ellos surgieron y ocuparon cargos de representación en la política y en la Administración Pública.
Se requiere el regreso del PRI, refundado, como un partido verdaderamente democrático, participativo y con liderazgos del tamaño de los que le dieron forma en sus inicios y le permitieron evolucionar en el siglo XX. No me pueden decir que los partidos actuales como el de Andrés Manuel López Obrador con su Morena, Dante Delgado con su MC, Jorge Emilio González con su PVEM, ó Marko Cortés y su PAN tienen la estatura necesaria para conducir a Mexico en la complejidad del siglo XXI, cuando han evidenciado sus fracasos en los prácticamente primeros 25 años de este siglo
Por eso en las siguientes dos semanas revisaré con ustedes las limitaciones actuales del PRI y sus espacios de oportunidad. Y en una tercera entrega de La Saga La Política es para Profesionales: La Refundación del PRI, revisaremos juntos las características de la refundación que requiere ese instituto político para poder conducir a México en el siglo XXI y además analizaremos porque es el único partido político que podría hacerlo.
…Y no es pregunta.
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*Vocal del Consejo Directivo Del Instituto de Política y Gobernanza, A. C.