En las últimas décadas, el hampa organizada ha encontrado un verdadero paraíso de impunidad en el país. Y no sólo porque en México el 97% de los delitos no son castigados, sino porque en muchos e inexplicables casos, algunos delincuentes se levantan ante la sociedad como personas “honorables”, en el contexto de un gobierno desde el cual se pregona que se les debe dar “abrazos y no balazos”.
Lo peor que puede hacer un analista de la vida nacional es identificarse emocionalmente con un secuestrador, sólo porque coincide políticamente con un gobernante que pide dar a los delincuentes un trato si no de privilegio, sí de beneficios, que pueden indignar a las víctimas de delitos y a cualquier mexicano con un humanismo y sentido común promedio.
En esto han coincidido ni más ni menos el presidente Andrés Manuel López Obrador y la dramaturga y periodista Sabina Berman, quien en repetidas ocasiones ha externado su afinidad con el gobierno de la 4ª Transformación.
El pasado 11 de abril, la señora Berman se pronunció abiertamente por la liberación de Israel Vallarta, señalado desde hace 16 años como líder de la banda Los Zodiacos, acusado del secuestro del niño Christian Ramírez, junto con la francesa Florence Cassez.
Tiene toda la razón la señora Berman al señalar el patético montaje televisivo ordenado por el entonces secretario de Seguridad Pública federal del gobierno de Felipe Calderón, Genaro García Luna y armado por su segundo de a bordo, Luis Cárdenas Palomino, con la complicidad del equipo de producción del programa “Primero Noticias” de Televisa, encabezado por Carlos Loret de Mola.
El mismo Loret de Mora ha reconocido el montaje sobre el momento en que fue detenido Vallarta, como si se hubiera tratado de una aprehensión en vivo, cuando en realidad esta había ocurrido horas antes.
De acuerdo con toda la información que se ha obtenido en torno al caso, lo que se quería presumir era la intervención de García Luna y de Cárdenas Palomino para aprehender al jefe de la poderosa banda y a su amante francesa, para que los funcionarios pudieran colgarse la medallita.
Es decir, independiente del montaje orquestado, sí se había en realidad aprehendido a un presunto responsable de secuestro y a su cómplice. Esto no lo toma en cuenta la señora Berman, quien defiende la tesis de que se tomó a un inocente al que se le obligó, mediante un apretón de cuello, a declararse como culpable.
Invito yo a la señora Sabina Berman a que revise los expedientes en donde el niño de 11 años de edad Christian Ramírez señala la manera en que se mantuvo secuestrado y cómo era amenazado con que le cortarían los dedos si no se pagaba el rescate para que fuera liberado.
La invito a buscar a Christian para que le informe sobre las amenazas de la francesa Cassez hacia su familia y hacia él mismo de que serían muertos si se atrevían a levantar denuncia alguna.
La invito a que escuche las narraciones sobre las largas horas que pasó el pequeño, sin poder dormir o apenas comer, por el terror. ¡La invito, señora Berman!
A Christian no le importaba la fama de García Luna, ni de Cárdenas Palomino. Tenga por seguro, señora Berman que ese niño de 11 años de edad no era capaz de promover montaje alguno.
Debía escuchar cuando Christian menciona que a él no le interesa si Vallarta sale libre o no, porque ese es un asunto de las autoridades, pero sí quiere que todos sepan que ese sujeto es un secuestrador.
Que abra su mente cuando Christian, ya convertido en un muchacho, ruega para que las autoridades cumplan su trabajo y no caigan en situaciones políticas, de que si Televisa hizo un montaje o que el gobierno actual ahora defiende a Vallarta, sólo porque con ello golpea al gobierno de Felipe Calderón, que ya se fue hace casi 10 años.
La señora Berman hace una reflexión acerca de lo que puede estar pensando Israel Vallarta, quien de manera absurda no recibe aún sentencia o liberación, después de 16 años de estar encarcelado y tiene toda la razón. Vallarta es víctima, eso sí, de un sistema penal que mantiene a acusados durante años sin recibir sentencia.
Como si hablara Vallarta, Sabina Berman señala: “Si Loret se siente en verdad culpable de no haber cooperado para traerme acá ¿por qué no ha desecho su error, con sus instrumentos de periodista? ¿por qué no ha dedicado un reportaje de media hora a mostrar la injusticia que se mantiene preso desde hace 15 años?”.
Y agrega: “Si hoy le ha quedado claro que fui víctima de un montaje ¿por qué sigo en la cárcel”.
Hasta el mismo Loret de Mola ha reconocido que fue un montaje grabar para televisión a destiempo la captura de Vallarta, pero, señora Berman, @sabinaberman, esto no exime a Vallarta de ser un presunto secuestrador acusado directamente por su víctima.
Para mi suena muy lamentable que usted se suba a la defensa de un presunto criminal por apoyar la tesis presidencial de que puede ser liberado. Es lamentable confundir la afinidad ideológica o política con un razonamiento jurídico-penal.
Desde hace muchos años tuvo que determinarse si el montaje televisivo violó el debido proceso y por ello Vallarta debió quedar libre, situación que ha sucedido en otras ocasiones cuando acusados de delitos quedan libres porque jueces determinan esta situación.
Señora Berman: El montaje televisivo sí fue una farsa, pero el secuestro del niño Christian Ramírez no lo fue y fue cometido por Israel Vallarta, de acuerdo con la denuncia de su víctima.
Muchos mexicanos no nos identificamos con un presunto secuestrador, como usted lo hace. Sea usted Israel Vallarta, como lo asegura. Somos más los que nos identificamos con las víctimas, como Christian Ramírez, y deseamos justicia.
Contacto.- javiervelazquezf@gmail.com