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 Ser tímid@ es una verdadera pesadilla para quien posee este rasgo en su carácter. Tener o ser de personalidad tímida puede transformar en un verdadero infierno la vida diaria de una persona, pues sentirse cohibido o intimidado ante ciertas personas o situaciones definitivamente limita todo nuestro potencial.

Pero, mucho ojo, nadie nace tímid@. Lo cierto es que ese rasgo (tan desagradable, por cierto) de nuestra personalidad lo adquirimos posiblemente desde la niñez, etapa de nuestra vida en la que prácticamente perfilamos y definimos todas las aristas de nuestro comportamientos y la timidez, muy en particular, que se define como una sensación de inseguridad o vergüenza ante situaciones sociales nuevas que nos impide relacionarnos con los demás, es producto seguramente de haber sido sometido, por nuestros padres y familiares más cercanos, a episodios de frecuente incomodidad en los que el resultado final siempre fue recibir críticas y/o burlas.

¿Quién no ha querido, refiriéndome particularmente a los hombres, acercarse en un momento determinado a aquella mujer que, literalmente, los trae cacheteando las banquetas y decirle que están locos por ella y, sin embargo, a la hora de la verdad siempre terminan “abortando la misión” porque poderosísimas fuerzas les impiden siquiera abrir la boca y decirle “hola… me llamo fulanito”? o, hablando en términos generales, ¿quién no se ha quedado con las ganas de disfrutar de un merecido aumento de sueldo o de una promoción en la empresa en la que trabajan porque simplemente les da pavor acercarse a su jefe para solicitarle lo que creen merecer en el aspecto laboral?

El miedo al rechazo y/o el miedo al ridículo acompañan al ser humano desde tiempos inmemoriales. Probablemente en el hombre, porque también desde muchísimas generaciones atrás, particularmente en nuestra sociedad (tan machista y estereotipada), este rasgo se manifiesta que en las mujeres porque a ellos se les ha impuesto el rol social de ser quienes tomen la iniciativa en prácticamente todo; sin embargo, también existen muchísimas mujeres que viven atormentadas por la timidez y que ven limitado su desarrollo personal y social por la timidez.

Para comenzar a superar la timidez antes que nada debes reconocer que la padeces y que está frenando tu desarrollo. Así que en una primera instancia tienes que comenzar por readaptar tu lenguaje corporal e intentar proyectar que eres una persona relajada y segura de sí misma, sin olvidar sonreír y hacer contacto visual con la gente; enseguida, procura sostener conversaciones imaginarias en tu mente con personas a las que deseas aproximarte y tratar de visualizar en esa película imaginaria que eres tu quien lleva la voz cantante en la charla y que te muestras amen@, simpátic@ y que no hay persona más empática que tú. Recuerda: proyecta y ejecuta.

También ayuda mucho que en esas conversaciones imaginarias repases una y otra vez lo que quieres decir. No te fuerces a situaciones sociales que exijan mucho de ti, utiliza palabras simples y oraciones concisas en tus diálogos con los demás para que jamás te veas traicionado por la mala memoria; y también deja de ser tan autocrític@ y exigente cuando se trata de calificar tus habilidades sociales. Siempre procura considerarte a ti mismo como tu mejor amigo. Sé amable contigo, trátate bien, ¡quiérete!

Por último, ser asertiv@ te ayudará muchísimo para superar la timidez. Sentarnos frente a frente con otra persona siempre nos va a exigir la sensibilidad de tratar de entender lo que el otro desea, pero sobre todo también a procurar ser muy claro y definido con lo que nosotros queremos. ¡Inténtalo!

Contacto.- @yalessandrini1 (Twitter / X)

www.lapoliticamedarisa.mx

Email.- alessandriniyazmin@yahoo.com.mx

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