* Campeche está hecho un desastre y la gobernadora sólo se asoma para frivolidades
* Se gasta millones de pesos en vestuaarios, maquillajes, tratamientos… todo con cargo al erario
* En el más reciente ranking de mandatarios estatales Layda Sansores es de las peor evaluadas
POR YAZMÍN ALESSANDRINI
MALAS CALIFICACIONES.- Cuando Layda Sansores Sanromán asumió a la gubernatura de Campeche el 16 de septiembre de 2021 llegó acompañada de sus mejores amigos: El despilfarro, el derroche, la frivolidad y el cinismo. Y durante los mil 268 días que ha durado su gestión como “gobernadora” estos cuatro jinetes del apocalipsis no se le han despegado ni un solo instante. Digamos que son algo así como los principales miembros de su gabinete. No sale de su casa sin ellos. Y esa es la razón por la cual doña Layda es, junto a Evelyn Salgado (Guerrero), Rocío Nahle (Veracruz) y Javier May (Tabasco), la mandataria estatal peor evaluada de todo México. Y no lo digo yo, que quede claro, lo dice el ranking Mitoksfy de gobernadoras y gobernadores de enero del 2025. Y para que no piensen que se trata de un ranking tendencioso o copeteado para dejar mal parados a los góbers morenistas, les comparto el dato que los mejor ubicados en esta lista son Mara Lezama, de Quintana Roo; Ricardo “El Pollo” Gallardo, de San Luis Potosí; Maritere Jiménez, de Aguascalientes y Libia García de Guanajuato. Los dos primeros pertenecen a la llamada 4T y el tercer y cuarto lugares lo ocupan dos gobernadoras de la oposición.
¿CUÁL AUSTERIDAD?- Campeche es un desastre y eso va más allá de la percepción que tienen los campechanos de su gobernadora. Por principio de cuentas porque se trata de una funcionaria ausente (pasa mucho tiempo fuera de su entidad; prefiere andar de shopping en la Ciudad de México) y lejana de los ciudadanos de a pie, quienes le reprochan permanentemente que conceptos como la “austeridad republicana” y la “pobreza franciscana”, sólo los utilicé para adornar su retórica (tal y cómo solía hacerlo el santo patrono de la cuatroté, Andrés Manuel López Obrador), porque en la práctica y en la realidad prefiere vivir y conducirse como si perteneciera a la aristocracia. Es por ello que los campechanos enfurecieron con su “gobernadora” despúes de ésta compartió, a finales del mes pasado, por medio de sus redes sociales, el gran momento que vivió durante el Festival Femenil Precarnavalesco Fracciorama 2000, al que acudió ataviada a la usanza de María Antonieta de Austria (1755-1793) y acompañada de una decena de consortes todas lujosamente disfrazadas, entre ellas su hermana Laura, quien gracias al nepotismo despacha como Presidenta del Patronato del Sistema DIF en Campeche. Enésimo botón de muestra que presume cómo muchos morenistas se pasan por el arco del triunfo eso de que “por el bien de todos, primero los pobres”. Y es que todos los excesos de doña Layda son con cargo al erario, no sólo los atuendos (todos de pésimo gusto, por cierto) con los que se presenta para “conducir” el bodrío ese que ella dice que es su “programa de televisión” (“Martes del Jaguar”) y que a todos los campechanos les cuesta un dineral que bien podría destinarse para obra pública. Sin embargo, ella prefiere despilfarrar ese valiosísimo recurso en viajes, ropajes, maquillajes, joyería y tratamientos de belleza y, claro está, para tener felices y contentos a su círculo cercano de aduladores. Lo bueno es que cada vez ya falta menos para que se vaya.
UN ÓSCAR PARA GERARDITO.- En el Senado se adelantó la conmemoración de Día Internacional de la Mujer. Y, durante la efeméride, el presidente de la mesa directiva, el neomorenista (por aquello de que ya se afilió a Morena) Gerardo Fernández Noroña, se aventó una escena digna de una estatuilla dorada de Hollywood. Sus lágrimas actuadas, en honor a su abuela, hicieron palidecer a histriones de la talla de Marlon Brando y Brendan Fraser.
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